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¿Qué es la doble limpieza facial?
La doble limpieza facial consiste, tal y como su propio nombre indica, en realizar dos pasos dentro de la rutina de belleza. O lo que es lo mismo, una limpieza facial en dos partes. Lo que no significa que tenga por qué ser más agresiva.
Consiste, básicamente, en hacer una primera limpieza facial utilizando un producto de limpieza de base oleosa, como puede ser un limpiador en aceite, espuma, agua micelar o bálsamo, para eliminar la grasa que ha generado la piel durante el día, los restos de maquillaje y cosméticos y las impurezas.
El segundo de los pasos trata de aplicar, sobre la piel limpia, un producto de limpieza jabonoso que necesita aclararse con agua, tipo gel, jabón, leche o mousse, para deshacernos de las impurezas, la suciedad y las células muertas.
Primero se utiliza un producto con textura oleosa porque este tipo de producto consigue penetrar mejor en el poro y eliminar la sociedad que se almacena. Lo que hacemos con el segundo producto es retirar todas las impurezas, las partículas contaminantes y las células muertas acumuladas en la piel durante todo el día.
Cómo hacer la doble limpieza facial ¡paso a paso!
Una vez ya conocemos en qué consiste la doble limpieza facial, ¡vamos manos a la obra! A continuación, os mostramos, paso a paso, cómo hacer la doble limpieza facial.
Lo primero que tenemos que hacer es retirar el pelo de la cara para evitar que el pelo se engrase con los productos que vamos a aplicar sobre la piel.
Aplicamos un producto con base oleosa, como es el caso del gel limpiador, leche limpiadora o agua micelar. Escoge el que mejor se ajuste a las características de la piel de tu rostro.
Retira los restos de suciedad con una toalla o discos desmaquillantes. Eso sí, no aprietes en exceso, puedes irritar la piel.
Aplicamos un producto con base acuosa como puede ser un gel, jabón, leche o mousse.
Aclara el producto con abundante agua.
Aunque la doble limpieza facial propiamente dicha terminaría aquí, lo cierto es que los expertos hablar de un paso extra, lo que sería el tercer paso. Se trata de, nada más y nada menos que, tonificar la piel. Con este último paso conseguimos eliminar impurezas y equilibrar el pH de la piel. ¿El resultado? Una piel radiante y muy suave.
Por último, y no por ello menos importante, aplicamos crema hidratante a la piel del rostro. ¡Y ya tenemos nuestra piel radiante!
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FORO
